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abril 14, 2025La miniserie inglesa Adolescencia, escrita, producida y protagonizada por Stephen Graham, ha ganado notoriedad por su poderoso retrato de la violencia adolescente, la desconexión generacional y la urgente necesidad de comprender el mundo emocional de los jóvenes.
Desde nuestro equipo de profesionales en salud mental, consideramos que esta producción no solo es una obra audiovisual valiosa, sino también una herramienta para abrir conversaciones fundamentales entre padres, educadores, terapeutas y adolescentes.
La historia sigue a Jamie, un joven de 13 años que una mañana es arrestado en su casa, acusado de ser el principal sospechoso del asesinato de una compañera de su escuela. La serie, que transcurre en tiempo real a lo largo de cuatro episodios, nos permite abordar varias capas de análisis indispensables para quienes trabajamos con adolescentes.
A continuación, desarrollamos cinco ejes fundamentales para comprender el impacto emocional y social que plantea esta obra:
1. Una narrativa sin pausa: el lenguaje audiovisual como recurso emocional
Adolescencia está filmada en plano secuencia, sin cortes ni interrupciones. Esta decisión estética no es casual: el espectador no tiene descanso, al igual que los personajes. La tensión es constante, y este estilo narrativo nos introduce emocionalmente en la escena, como si fuésemos testigos, familiares, educadores o parte del mundo interno del propio Jamie.
Desde la psicología, este recurso nos sitúa en un lugar de presencia total. No hay distancia emocional posible. Lo que vemos —la confusión, el dolor, la incertidumbre— nos atraviesa y nos invita a reflexionar sobre nuestra implicación como adultos responsables en una sociedad que no siempre escucha.
2. El Estado: adultos que no comprenden el nuevo código emocional
A través de los detectives encargados del caso, la serie revela una desconexión evidente entre los adultos y la realidad adolescente. En distintas conversaciones, los investigadores se muestran desconcertados ante lo ocurrido y expresan su dificultad para comprender las motivaciones de un acto tan violento.
En una escena en particular, los detectives reflexionan sobre sus propias adolescencias, lo que revela una brecha generacional evidente: intentan comprender una realidad atravesada por redes sociales, algoritmos, aislamiento y presión social, utilizando herramientas emocionales del pasado.
Esa desconexión genera un vacío: no se trata solo de entender, sino de actualizar la mirada para poder acompañar.
3. La familia: el desconcierto ante lo que no se vio venir
La familia de Jamie representa a muchas familias reales: trabajadoras, comprometidas, pero emocionalmente desbordadas.
Los padres, atónitos ante la acusación, se preguntan cómo su hijo pudo involucrarse en algo tan grave. A la vez, comienzan a cuestionarse su estilo de crianza, las cosas que no dijeron, lo que no supieron ver a tiempo.
Desde el punto de vista psicológico, la serie ilustra el peso que recae sobre los padres en contextos tan complejos.
Cargar con la culpa, sentir que se ha fallado, no siempre significa haber sido negligentes. En muchos casos, se trata de adultos que también arrastran historias personales sin resolver, intentando criar con herramientas que no son suficientes ante las nuevas problemáticas emocionales que enfrentan los jóvenes.
4. El sistema educativo: docentes que ya no pueden más
Otro punto fundamental de la serie es la representación del sistema educativo. Los docentes son retratados como figuras que intentan guiar, contener y orientar, pero se enfrentan a adolescentes atravesados por dinámicas digitales que reconfiguran sus vínculos y prioridades.
La frustración docente se hace evidente: intentar establecer normas, promover el diálogo o contener emocionalmente se vuelve cada vez más difícil cuando los estudiantes están más conectados al mundo virtual que al entorno real.
Esta representación refleja una problemática actual: los docentes no pueden hacerlo todo solos. Necesitan apoyo institucional, emocional y herramientas de intervención acordes a la época.
5. Jamie: mecanismos de defensa frente al abandono emocional
Una de las escenas más significativas de la serie ocurre cuando Jamie es entrevistado por un profesional de la salud mental. En ese espacio, el adolescente comienza a describir, con cierta dificultad y dolor, su relación con sus padres. En especial, con su padre, de quien percibe una profunda decepción no expresada, lo que le genera vergüenza, frustración y una sensación de no ser suficiente.
Desde la psicología, esta escena es reveladora: Jamie ha construido una estructura defensiva frente al abandono emocional, ocultando su rabia y su dolor para intentar encajar, para no ser más rechazado.
Esa desconexión emocional —tan común en muchos adolescentes—, si no es acompañada a tiempo, puede derivar en conductas autodestructivas, impulsivas o violentas.
¿Qué nos deja esta serie?
Adolescencia no ofrece soluciones mágicas ni finales esperanzadores. Pero sí evidencia una realidad alarmante: la violencia adolescente no es producto del azar, sino el síntoma de una sociedad emocionalmente desconectada.
Padres, docentes, instituciones y profesionales debemos asumir la responsabilidad de construir canales de comunicación reales y sostenidos con los adolescentes.
Desde la psicología sabemos que muchos adolescentes no buscan respuestas inmediatas. Necesitan sentirse escuchados, sostenidos, validados. Necesitan adultos disponibles, emocionalmente presentes, que no minimicen su malestar ni patologicen sus emociones.
Acompañar para prevenir
Esta serie nos invita a reflexionar sobre el papel de los adultos en la vida emocional de los adolescentes. Y nos recuerda que, más allá del miedo o la incomodidad que puede generar su mundo emocional, es urgente tender puentes y ofrecer acompañamiento.
Desde nuestro equipo de psicología, recomendamos esta serie tanto a padres como a docentes, terapeutas y cuidadores. Es una oportunidad para comprender mejor lo que viven los adolescentes y revisar nuestras formas de acompañar.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
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